El Príncipe Oscuro

El Príncipe Oscuro, como todos sabéis, es la forma más oscura del Príncipe, su alter ego. Encarna todo lo malvado y perverso que hay en el. Básicamente, este personaje es todo lo contrario que nuestro héroe: Si el Príncipe dice si, el dice no. Para este personaje no existe la bondad ni la piedad, tampoco el bien y la amabilidad. Tan solo tiene un pensamiento en la cabeza: hacer todo lo posible y más para conseguir su objetivo, usando los métodos que hagan falta.

Durante el Alma del Guerrero vimos como el Príncipe había evolucionado de un joven inocente a un hombre hecho y derecho, serio, decidido y algo desconfiado. El hecho de que el Dahaka le estuviese persiguiendo había convertido a nuestro Príncipe en un "fantasma" de sí mismo, una versión más oscura que el anterior Príncipe. En esos años el Príncipe fue cambiando, y con él, podríamos decir que también cambio su alma. Cuando el Príncipe trae consigo a Kaileena y ésta es asesinada, las Arenas le infectan a través de su brazo herido a manos de Mahasti con la cadena de cuchillas, también conocida como DaggerTail. Su brazo comienza a tener un dibujo amarillo, característico de las Arenas. Cuando cae en las cloacas, el Príncipe comienza a escuchar voces en su cabeza. Posíblemente pensaría que se había vuelto loco por el impacto de la caída, pero la cuestión es que, tal y como justificó Kaileena mientras narraba la historia, aquella voz proporcionaba confianza y ánimos a un hombre que lo había perdido todo. El Príncipe no pudo resistirse a obedecer a aquella voz. Sin embargo, en determinados momentos de su aventura, su brazo comenzaba a brillar más y más, transformándose en una criatura de arena, en el Príncipe Oscuro. En esta forma, el Príncipe no puede vivir sin Arenas, muere si al cabo de un tiempo no ha absorvido Arenas del Tiempo y para volver a la forma natural del Príncipe, éste debe tocar agua. Pero no hay mal que por bien no venga. El DaggerTail es un arma muy poderosa, y con ella puede acabar con sus enemigos rápidamente, absorviendo sus Arenas.

Por desgracia, conforme avanzamos en el juego, la voz del Príncipe Oscuro se vuelve más y más insoportable, nublando por completo la voluntad del Príncipe, convenciéndolo de hacer cosas que, al criterio del Príncipe normal, serían barbaridades. Pero aquí es donde entra Farah, la Princesa de la India que conquistó el corazón del Príncipe siete años atrás, cuando comenzó todo. Aunque la voz del Príncipe Oscuro es persistente, Farah consigue poco a poco llevar al Príncipe por el buen camino, haciéndole ver que su gente le necesita. Pues bien, después de que el Príncipe vaya en busca de la Princesita tras una discusión, Farah descubre la segunda personalidad de nuestro Príncipe, y sale “literalmente” corriendo. El Príncipe trata de excusarse, pero una imagen vale más que mil palabras para ella, y tras echarle en cara todo lo que ha hecho, termina por insinuarle que no merece ser un Príncipe con la frase: “Sois Príncipe sólo de título”. Además, le deja claro que si quiere recuperar su trono, ella no le ayudará. Al fin y al cabo, para Farah, atender a los campesinos en apuros va antes que recuperar un trono perdido.

El Príncipe se queda dolido, y continua sólo, con la voz del Príncipe Oscuro en su cabeza continuamente. Llega un momento en el que el Príncipe decide actuar por su cuenta, ignorando al Príncipe Oscuro y entrando en el Taller Real, que está en llamas y lleno de campesinos atrapados. Tras salvar a los ciudadanos y pelear contra los Gladiadores, Farah vuelve con él, pero tras separarse en el invernadero, el Príncipe cae en el Pozo de los Ancestros, donde el Príncipe Oscuro vuelve a la carga. Al final de esta zona, el Príncipe encuentra el cadáver de su padre, ocasión que la vocecilla aprovecha para decir algo. Cansado de escuchar, el Príncipe se revela contra su alter ego, admitiendo sus errores y haciendo callar al Príncipe Oscuro, lo que hace que, misteriosamente, la voz desaparezca y el Príncipe vuelva a su forma habitual sin agua.

El Príncipe Oscuro no vuelve a aparecer hasta el final del juego, tras la batalla contra Zervan. Cuando Kaileena se despide del Príncipe y se desvanece, escuchamos el sonido de la corona al caer. El Príncipe se dispone a cogerla, pero cuando se agacha y esta apunto de tocarla aparece el Príncipe Oscuro, quien coge la corona y ataca a nuestro héroe. Todo se vuelve negro, y nos encontramos en una zona muy extraña, un escenario que a la hora de saber hacia donde moverse para ir de plataforma en plataforma hace que algunos se mareen. Estamos en la mente del Príncipe, quien va a través de sus recuerdos, tratando de eliminar al Príncipe Oscuro, que se pasa el rato provocándole. Cuando llega a una estancia con dos tronos (uno destrozado y otro intacto) estamos frente a nuestro enemigo. Farah irrumpe y comienza a llamar al Príncipe, tratando de hacer que la siga a través de unas escaleras hacia una luz. Conforme el Príncipe ataca al Príncipe Oscuro aparecen más y más, así que, obviamente, lo más sensato, es seguir a Farah, a la que podríamos tomar como la voz de la moralidad y la amabilidad en este juego. Cuando el Príncipe sube las escaleras, una luz blanca nos ciega, y lo último que escuchamos son los gritos del Príncipe Oscuro, quien trata de llamar desesperadamente al Príncipe mientras se desvanece.